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lunes, 16 de noviembre de 2009

Relajación: El cuerpo en libertad


El cuerpo humano poseé un tono basal que es el equilibrio justo que necesita para poder sostenerse sin crear tensiones. Este punto estable es la resultante de distintas funciones neurológicas y de la compensación entre músculos agonistas y antagonistas.

La inteligencia corporal es por sí misma apta para mantener un adecuado estado de relajación. Todo aquello que devenga de funciones adaptativas al stress, será sobre lo que podamos actuar de modo conciente.

El ejercicio de relajación que les ofrezco es sencillo de realizar y no posee contraindicaciones: primero es importante adecuar el ambiente con música calma y aromaterapia, utilizando aceites esenciales de lavanda, naranja e incienso combinados; luego con luz tenue acostarse sobre el dorso y comenzar a relajar el cuerpo por bandas desde la cabeza hacia los pies en este orden: Cuero cabelludo, frente, mejillas, maxilar inferior, cuello, garganta, hombros, brazos, antebrazos, manos, dedos de las manos, pecho, abdomen, espalda, cintura, glúteos, muslos, piernas, pies y dedos de los pies.

Es muy importante acompañar esta secuencia con una respiración nasal (tanto al inhalar como al exhalar), y colocar suavemente la punta de la lengua en el paladar superior detrás de los dientes.

La respiración y la atención deben dirigirse al ombligo, en lo que los sabios han llamado “colocar el fuego debajo del agua” o la respiración embrionaria, ya que cuando estábamos en el vientre materno respirábamos, nos alimentábamos y eliminábamos los desechos a través del cordón umbilical.

No debe forzarse nunca la respiración sino simplemente estar atentos al proceso respiratorio que sucede en forma totalmente automática.

Podemos practicar esta relajación durante cinco minutos e ir gradualmente agregando ciclos de la misma duración hasta llegar a treinta minutos ya que luego es habitual que entremos en un estado de sueño profundo.

Para cerrar el ejercicio comenzamos a mover lentamente las manos y los pies y cuando nos sintamos confortables nos levantamos de costado para luego incorporarnos totalmente.

Si nos ejercitamos frecuentemente en esta relajación nos iremos dando cuenta de que poco a poco este estado de calma se irá incorporando a nuestra vida diaria.

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Los textos e imágenes que se encuentran en este sitio son sólo a modo informativo y no implican ningún diagnóstico o tratamiento. Siempre consulte con su médico.

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